"El gozo es común"
San Agustín le dio a la Iglesia Africana confianza en sí misma, primer paso necesario para un nuevo resurgir. Con él, la Iglesia de África comienza a levantar cabeza, pues hasta entonces, los católicos del norte de África estaban muy decaídos y desanimados.
Agustín enseña y predica, tanto en privado como en público, la palabra de Dios. Él se siente fuerte, lleno del Espíritu Santo, lo que le hace tener una gran confianza en sí mismo, en sus cualidades intelectuales.
Gracias a esto, es capaz de oponerse en sus libros y en improvisadas conferencias, a los herejes que había entonces en África, entre estos tenemos a los donatistas, maniqueos y paganos.
Por su parte, los católicos, ante esta forma que tiene Agustín de enfrentarse a los que están en contra de la Iglesia Católica, sienten una gran admiración por él. De sus bocas salen grandes alabanzas hacia el que es el gran obispo de Hipona.
De esta manera, sus libros y tratados se multiplican por gracia admirable de Dios. La cantidad de argumentos que da en sus escritos y conferencias basándose en los textos bíblicos, y la autoridad con que lo hace provoca que, hasta los mismos herejes contra los que escribe y habla Agustín, corran al lado de los católicos para escucharle llenos de entusiasmo.
Y ahí no se queda todo. Los que pueden o saben, toman nota por escrito de lo que dice en sus homilías, en sus conferencias. Esto ayuda para que su precisa doctrina y el suave olor de Cristo se extienda por toda África.
De esta manera, cuando la Iglesia del otro lado del mar tiene conocimiento de todo lo que logra San Agustín con sus libros y su predicación, se llena de gozo por tener entre sus filas a este obispo tan sabio y santo.
Pues, en el próximo espacio de “Sabías que….” seguiremos hablando un poco más de los escritos de san Agustín.