Historia y personajes

Escrito el 07/12/2023
Agustinos


El convento de San Agustín de Mansilla de las Mulas fue uno de los dos conventos agustinos que hubo en la provincia de León, junto con el de Ponferrada, y pertenecía a la Provincia de Castilla. Estaba situado a unos 20 km de la capital de la provincia. Se trataba de un convento pequeño que tenía una media de diez religiosos, y que fue destruido por los franceses al entrar en la villa en la Guerra de la Independencia en 1808.

Se fundó en 1500 bajo el patronato de D. Fadrique Enríquez, Almirante de Castilla y conde de Rueda, y en él se establecieron varias capellanías y fundaciones. En 1572 construyó una capilla el Señor de Villafañe, que es un recinto de piedra con una cubierta estrellada de estilo renacentista, cuyo autor fue D, Juan de Badajoz, que ha llegado hasta nuestros días y donde se enterró el patrono, junto a sus dos esposas. También fue enterrado en el convento agustino el obispo de León D. Francisco Terrones del Caño, que falleció en la visita a la población.

La fachada principal era de tapial, pero con una puerta de estilo renacentista y forma geométrica,  fue realizada en el siglo XV en piedra y tenía un arco de medio punto. En ella están representadas dos águilas, que sujetan los escudos de los Almirantes de Castilla y que ha llegado hasta la actualidad. Los suelos del patio central son de canto rodado formando figuras geométricas. En el retablo principal de la iglesia, hoy desaparecido, había una imagen de la Virgen de Copacabana, obra del escultor Jerónimo de Llamazares. Esta advocación mariana había llegado de Perú, traída por el agustino Miguel de Aguirre y fue muy apreciada por los agustinos españoles. El claustro inferior tenía una hermosa escalera que subía a las habitaciones de los religiosos.

En este convento se fundó una cátedra de Gramática y otra de Latín desde 1788, que era subvencionada por las cofradías de San Andrés y San Blas, que las dotaron con la renta de algunas tierras. También ayudó a su creación el obispo de León D. Cayetano Cuadrillero, que supervisaba su funcionamiento y aprobaba a los profesores. Por esa labor fue declarado “Hermano General de la Orden Agustiniana”.

Anteriormente poseía una cátedra de Filosofía y Teología Moral, donde ejercieron la docencia agustinos importantes. Con la Guerra de la Independencia la villa fue ocupada por los franceses que saquearon el convento y al salir lo destruyeron. Ante la ruina total, los agustinos ya no pudieron regresar al cenobio. Desde ese momento los pocos agustinos que quedaban celebraban las festividades agustinianas en la iglesia parroquial. Al llegar la desamortización se vendieron sus propiedades y la capilla de los Villafañe fue convertida en matadero y la fachada en frontón del pueblo.

Este convento agustino se convirtió en el siglo XXI en un Museo Etnográfico Provincial, aprovechando los elementos del edificio conventtual.

Fr.  Ricardo Paniagua