"La economía al servicio de todos"
Hoy en nuestro apartado "Sabías que", vamos a concluir lo que estábamos conversando estos viernes pasados sobre la administración de los bienes temporales y económicos en la Orden de San Agustín.
Señalábamos que una característica de los agustinos es la fraternidad, el compartirlo todo: la vida, el trabajo, los bienes materiales, espirituales, la economía. Y esto, no solo entre los hermanos que viven en una misma comunidad, sino también con otras comunidades agustinas del mismo país, o de otras partes del mundo.
La finalidad de este compartir los bienes materiales es que todos los religiosos, las comunidades y los apostolados de los que son responsables, tengan las necesidades básicas cubiertas, que nadie tenga de más y otros de menos. Por eso existe el Fondo Común, en el cual todos colaboran, y del cual todos reciben.
Evidentemente, para que este Fondo Común pueda existir, se necesita que cada religioso aporte al mismo los ingresos que genera por su trabajo.
Poner en común el dinero hace posible que los religiosos puedan vivir dignamente y se atiendan las necesidades de las parroquias, los colegios, las misiones, así como a los pobres y necesitados de nuestro mundo.
Inseparable de poner los bienes en común, está el llevar una vida austera, sencilla, sin grandes gastos ni ostentaciones materiales.
Esta forma de vivir tiene como consecuencia la capacidad de ahorrar. Y, gracias a este ahorro, se pueden tener recursos económicos para atender bien a los religiosos mayores, enfermos, a los jóvenes agustinos que se están formando. Todos juntos como una única y gran familia, velando los unos por los otros.
Una economía que se encuentra bajo la supervisión del Prior Local en cada Comunidad, del Prior Provincial o Vicario Regional en cada Provincia o Vicariato, o del Prior General en la Orden. Asesorados, eso sí, por las comisiones agustinianas de economía provinciales, vicariales y generales.
(Constituciones de la Orden de San Agustín 491-505)