Fr. Sebastián de Foronda y Roca era originario de Badajoz, donde nació en 1665. A los 19 años de edad se trasladó a Madrid para entrar en el convento de San Felipe el Real, donde profesó el 28 de enero de 1684 ante el Comisario Procurador de la Provincia de Filipinas Fr. Manuel de la Cruz con el fin de viajar en la próxima misión que saliera hacia Filipinas.
Al llegar a las Islas fue prohijado en la Provincia misionera y inició sus estudios sacerdotales hasta ser ordenado en enero de 1688. Fue enviado a la zona de Pampanga con el fin de aprobar el idioma y una vez que dominaba la lengua indígena fue destinado al convento Guagua en esa misma región. Pronto las autoridades se dieron cuenta de las buenas disposiciones del joven misionero para la predicación y el estudio y se le admitió como confesor y predicador de los españoles, un encargo que exigía una buena preparación.
Al terminar el trienio asistió al capítulo provincial celebrado en Manila en 1692 y allí se le nombró prior del convento de Bacolor, en la provincia de Bulacán, no lejos de Manila. También se le nombró confesor en lengua pampanga, por el buen dominio que tenía de la misma y examinador. Concluido el trienio de 1692 a 95 tuvo que retirarse a Manila por razones de enfermedad.
En 1699 se celebró la Congregación Intermedia y en ella se eligió al P. Foronda ecónomo provincial, cargo que llevó con gran satisfacción y eficacia, poniendo en orden la administración de bienes y haciendas, así como actualizar las escrituras de las mismas. En el capítulo de 1701 fue elegido social del provincial y secretario, acompañando al superior en las visitas, En los capítulos siguientes recibió nuevos cargos como definidor, renovándose el cargo de secretario. Al completar sus funciones de gestión recibió varios votos para el cargo provincial en el capítulo de 1707 y fue nombrado prior de Macabebe, en la Pampanga y tres años después pasó como prior de Candaba.
En el capítulo provincial del año 1713 fue elegido prior provincial, llevando a cabo una mejora de los estudios y visitando las misiones. Al terminar el trienio fue nombrado prior del convento de Manila por poco tiempo porque se le destino al convento de Bacolor, también en la Pampanga. En este curato se encontraba cundo le sorprendió la noticia de que el Rey le proponía para obispo de Cebú en 1717.
Fr. Sebastián aceptó el nombramiento en 1718 para gobernar la diócesis de Cebú, aunque las bulas papales llegaron 1722. El agustino recibió la consagración en Macao, por no haber obispo de Manila. Su gobierno de la diócesis fue certero y la visitó con frecuencia, distinguiéndose como limosnero y la ayuda en dinero para construcción del convento y iglesia del Santo Niño de Cebúa. Falleció en el palacio episcopal el 2º de mayo de 1728 y fue sepultado en el templo del Santo Niño, del que era muy devoto.
Fr. Ricardo Paniagua