“Cristo es el único nacido de madre sin padre: como Dios, sin madre, y como hombre, sin padre; sin madre antes de los tiempos y sin padre al fin de los tiempos”. (San Agustín, Tratado sobre el Evangelio de san Juan, 8, 8)
Doncella, Virgen María,
parecéis aurora bella,
hermosa como la estrella,
reluciente como el día.
Comprendo vuestra alegría
ante el Hijo celestial
que humanado cura el mal
de Eva, la mujer primera
quien en Edén convenciera
a Adán, y lo hizo mortal.
Diste tu SÍ al Padre eterno
plena de fe y humildad;
por ser tanta tu bondad,
Dios en tu seno materno
encarnóse en hijo tierno.
Vino a nacer en Belén
y quiso hacerse rehén
de culpa no cometida,
mas por Él es compartida
para que al Mal venza el Bien.
Nazario Lucas Alonso