Texto: Iván Pichel, OSA
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¡Buenos días! Dicen los entendidos que el tercer lunes de enero es el día más triste del año. Aunque puede ser cierto que nos cueste un poco arrancar tras el parón navideño y que los fríos del invierno hagan que tengamos un poco de pereza para hacer cosas, o menos ánimo, no tengo del todo claro que deba ser ése y no otro el más triste de todo lo que todavía está por venir.
Por ejemplo, para mucha gente, este mismo día es una jornada llena de esperanza y posibilidades, y un recordatorio de hacia dónde debemos caminar como personas y como mundo. Coincide que se celebra también el día de Martin Luther King Jr., del que ya sabemos su inmenso trabajo por los Derechos Humanos, la lucha contra la pobreza y el trabajo por la paz y la justicia. Estoy seguro que para muchísimas personas, a día de hoy, sigue siendo una motivación inmensa el ejemplo de alguien que dedica su vida a hacer la de los demás un poco mejor. Cada uno a su manera, desde lo que puede, con sus herramientas y su forma de ser.
Su archinombrado discurso “Tengo un sueño” (que a lo mejor no tan conocido), me ilusiona porque al final se trata del deseo compartido de una persona para hacer su mundo más justo y más de Dios. Por eso, en este mes de enero que dedicamos a la paz, deberíamos también mirar nosotros cuál es nuestro sueño y nuestro deseo para este mundo en el que vivimos. Que hasta nos atreviéramos a ponerlo por escrito, sin que nos dé miedo a poner sobre el papel metas que parecen imposibles, inalcanzables o de tan largo recorrido que jamás llegarán a suceder. A veces solo basta compartir con otro de qué manera vemos la vida, el mundo y lo que queremos para que nos sintamos más cercanos, más iguales, más hermanos. Y a mí eso me da mucha esperanza, porque significa que podemos hacer muchas cosas juntos.
Ya lo decía la primera lectura de ayer también: “Por amor a Sion no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha”. A veces nos conformamos antes de tiempo y el Señor nos pide que no renunciemos a seguir soñando, a seguir trabajando juntos por la paz y la justicia, a seguir haciendo presente su Reino de amor. Así nos lo recuerda hoy Martin Luther King Jr y cada día tanta gente buena que trabaja por la paz. Feliz jornada.