Texto: Pilar Garrido
Música: Bensoundcute
La Providencia ha querido que hoy justo que me pongo a preparar los buenos días, el Evangelio del día 3 de diciembre, comienza con un versículo que hace tan solo un ratito le he oído al padre Juan Manuel delante del Belén, mientras un grupo de mamis lo estábamos construyendo, en el colegio San Agustín de Madrid.
Es esta: Jesús se lleno de la alegría en el Espíritu Santo y dijo: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y las has rebelado a los pequeños…
El padre Juanma, nos ha hecho darnos cuenta que las proporciones que habíamos utilizado en el belén, eran importantes, pues el palacio de Herodes estaba lejos y las figuras eran pequeñas y los Reyes Magos y los pastores, los más humildes eran las figuras más grandes y más cercanas a Jesús.
A medida que iba dando vueltas a la frase, me iba dando cuenta de la importancia que estaba teniendo para mi la elección de cada figura y hasta cada pedacito de musgo que iba colocando, viendo lo bien que estaba quedando lo más importante y lo más sencillo.
He de confesaros que, por la mañana, estaba tristona y conforme ha ido pasando el día, el estar haciéndolo con mis amigas, me ha hecho ir viendo lo que realmente es importante, la amistad, el cariño con que lo hacemos, la cantidad de familias que lo van a disfrutar y sobre todo la alegría de los peques que poquito a poco pasaran a verlo con mucha ilusión.
¡Ya huele a Navidad!