El tiempo vuela

Publicado el 29/10/2024
Agustinos


Texto: Blanca Rodrigo
Música: Bensoundcute

Hoy es el cumpleaños de mi ahijada. Cumple 15 años.

Tengo dos ahijados y tengo que reconocer que pocas veces me he parado a pensar en profundidad sobre mi papel de madrina en sus vidas. Estoy presente, sí, pero más como tía que también lo soy, y no tanto como madrina de bautismo, un regalo que me hicieron sus padres al poco de llegar ellos al mundo.

Me comprometí a acompañarlos en su camino de fe y ahí he estado, estoy y estaré siempre, como en sus Primeras Comuniones, que ciertamente viví con gran emoción y orgullo.

Tal vez antes de lo que crea tenga con ellos conversaciones de mayores sobre nuestra fe..., me apetece y me impone al mismo tiempo, pero creo que con el ejemplo escomo mejor se explica ser un buen cristiano, y una fe compartida, vivida en comunidad, enriquece mucho más, así que bienvenidas esas conversaciones y dudas cuando tengan que llegar.

¡Estos 15 años se han pasado volando!, y al hilo de esta reflexión de la fugacidad del tiempo, recuerdo un cuento que me gustó mucho y que hoy quiero compartir:

Había una vez un pequeño príncipe, inquieto y travieso, al que no le gustaba estudiar. Cuando sus padres le reprendían, se lamentaba diciendo: “¡Qué ganas de ser grande para hacer todo lo que quiera!”.

Un buen día, mientras se encontraba en su cuarto, descubrió junto a la ventana una bobina con hilo de oro. Ante la mirada sorprendida del principito, la bobina le habló con voz melodiosa: “Querido príncipe: He escuchado tus deseos de crecer pronto y te daré una oportunidad. A medida que desenrolles mis hilos, podrás avanzar por los días de tu vida. Pero ten cuidado, pues el hilo que se suelta no regresa, y el tiempo pasado no podrá ser recuperado jamás”.

Sin poder resistir su curiosidad, el pequeño príncipe tiró del hilo y al instante, quedó convertido en un joven gallardo y robusto. Con gran entusiasmo, volvió a tirar del hilo mágico y se descubrió con la corona de su padre. “¡Soy rey!”, “¡Soy rey!”, exclamaba con gran alegría.

“Por favor, carrete mágico, quiero saber cómo serán mis hijos y mi señora reina”, exclamó impaciente mientras estiraba nuevamente el hilo. Entonces, se apareció una mujer hermosa de largos cabellos junto a él, y tres chiquitines adorables. La curiosidad del rey se hacía incontenible por saber cómo serían sus hijos de grandes, así que tiró un tramo largo de aquel hilo, y otro más, y otro. De repente, notó que sus manos estaban pálidas y débiles, y en el reflejo del espejo descubrió un viejo consumido y seco.

El príncipe, al ver que había desenrollado todo el hilo, quiso devolverlo nuevamente a su lugar, pero tal como le habían advertido, era completamente imposible. ¡Había consumido toda su vida!

La bobina mágica, al verlo tan afligido exclamó: “¿Qué has hecho, criatura infeliz? En vez de vivir los momentos hermosos de tu vida, decidiste pasarlos por alto. Has malgastado el tiempo inútilmente y ya no hay nada que puedas hacer, salvo pagar por tu insolencia”.

Y así quedó el anciano rey, que sólo pudo disfrutar de una corta vejez hasta que murió de tristeza en su alcoba, por haber desperdiciado toda su vida, sin vivirla como debe ser.

No perdamos las horas de nuestros días pensando en lo que aún no tenemos o en lo que va a venir..., el presente es algo muy valioso que jamás volveremos a recuperar, así que aprendamos a vivir aprovechando cada instante de nuestra vida porque el tiempo pasará volando igualmente....

Felicidades querida ahijada y ¡muy buenos días a todos!