Texto: Quique Infante
Música: Walk in the park. Audionautix
Os confieso un secreto, aunque en realidad tampoco es tan difícil de deducir.
Algunas de las personas que escribimos estos textos buscamos ayuda en las efemérides. Cuando nos dicen el día en el que se va a publicar nuestro texto nos lanzamos como locos a la Wikipedia deseando sea el día de un gran santo, una efeméride muy señalada o un día internacional de los molones.
Pues hoy, 28 de octubre, salvo que es el cumpleaños de mi amigo Antonio Martín, no tiene grandes efemérides. Hoy es el Día Mundial de la Animación; también es el Día Internacional del Judo y el Día Mundial de la Avena. De animación podría hablar un poco porque me encantan los dibujos animados, de Judo no sé nada -aunque en los juegos olímpicos pareciera un catedrático-; y de avena, llámame loco, tampoco me apetece mucho hablar.
Sin embargo, por fuera de la Wikipedia he encontrado una efeméride que no sé si es cierta, pero me ha parecido aprovechable para la reflexión. Viene a decir que hoy es el día en el que se da homenaje a “los que murieron a causa de un accidente y nunca pudieron llegar a su destino, o bien, los que tuvieron una muerte repentina y violenta”.
Un día tremendo, sin ninguna duda. Todos tenemos algún caso cercano y hoy es un buen día, por tanto, para recordarles con cariño.
Y me ha hecho reflexionar sobre todo la parte que habla de las muertes repentinas. Porque todos tenemos en la cabeza la idea de morirnos viejecitos, en una cama rodeados de nuestra familia y seres queridos, después de haber vivido una vida larga y fructífera… y, por supuesto, en gracia de Dios. Pero podría no ser así. Y eso nunca lo sabremos.
Lo que sí podemos hacer es vivir como cristianos el famoso “Carpe diem” -vivir el momento-, muchas veces utilizado para hacer auténticas idioteces. O esa frase que hemos escuchado desde pequeñitos que dice “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”.
Pues eso, que no dejes para mañana esa llamada de la que llevas unos días escaquéandote. Ejecuta ese “tenemos que vernos más” que, además de Rúavieja en sus anuncios, tantas veces decimos y luego no cumplimos. Visita a ese familiar que “hace mucho que no vamos a ver”. O aprovecha hoy lunes para ir a Misa, aunque hayas ido ayer; o pasa pasar por el confesionario para poner “bolsa limpia” en el cubo. Podrías ir mañana, o el domingo que viene… pero también podrías ir hoy. Al contrario de lo que dice José Mota. “Mañana, no… ¡hoy!”.
Y así, un 28 de octubre que amanecía como un lunes más se puede convertir, de repente, en el primer día del resto de tu vida. De una vida que, por lo que sea, podría ser un poquito mejor que ayer.
También puedes celebrar el día viendo una peli de dibujos, haciendo una llave de judo a alguien o zampándote un bol de avena. Es compatible con todo lo demás.
Buenos días.