Texto: Santiago Alcalde, OSA
El hombre, a diferencia de los animales, es una persona siempre en búsqueda. No se conforma con lo que es, con lo que hace, con lo que tiene. Busca siempre algo más y algo mejor para él y para los demás.
Para describir la búsqueda quisiera evocar tres imágenes: una cinematográfica, otra televisiva, y una tercera literaria.
¿Quién no recuerda a Indiana Jones, el arqueólogo explorador que estaba dispuesto a pasar peligros y toda clase de aventuras para encontrar lo que buscaba, ya fuese el arca de la alianza, un templo sagrado o el santo grial?
Posiblemente muchas personas, ya mayores, vieron por la televisión la serie “Fama”. En ella la profesora de baile motivaba a sus alumnos exhortándoles a esforzarse con esta frase: “Tenéis sueños, buscáis la fama, pero la fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor”.
La tercera imagen es menos conocida. Tiene que ver con una novela de ciencia ficción titulada “Maestro cantor” de Orson Scott Card. En ella el hombre más poderoso del universo no tiene más remedio que esperar, paciente, a que una institución consagrada a la música, le encuentre un pájaro cantor adecuado. Ni todo el poder del mundo puede acortar un instante la espera.
Las tres imágenes nos dan tres perspectivas para entender toda búsqueda. Hay un objetivo que perseguimos; hay un camino frecuentemente exigente; y hay un tiempo que no se puede acortar. En el día a día todos buscamos información, datos, noticias, música, imágenes... Y en la lucha de cada día, buscamos las condiciones básicas para llevar una vida digna y, en lo posible, mejor. Buscamos un empleo, una vivienda, una pareja, una familia…Algo que, en ocasiones, es tan difícil de encontrar que proliferan los anuncios que se ofrecen a ayudarnos en estas tareas.
Hay algunas búsquedas que se vuelven imprescindibles en toda persona. El sentido de nuestra vida. Nuestro propio lugar en el mundo. El fin último de todo y de todos… Desde la fe también buscamos respuestas a las grandes preguntas de la existencia: ¿Hay algo más que esta vida? ¿Qué sentido tiene el sufrimiento? ¿Qué es el amor? ¿Existe la felicidad?
En esta búsqueda tan humana, el Señor Jesús nos anima a realizarla cuando nos dice: “Buscad y hallareis… Porque todo el que busca encuentra…” (Lc 11,9-10). Y a la vez él se ofrece a ayudarnos a encontrar cuando dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie llega al Padre sino por mí.” (Jn 14,6).