Texto: José Joaquín Ojea
Música: Dios no puede sino darnos su amor (Taizé)
Buenos días,
Estaba el otro día escuchando la canción de Taizé “Dios no puede sino darnos su amor” y la voz solista entonaba estos versículos del salmo 103:
1 Bendice alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
2 Bendice alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
3 Él perdona tus culpas y cura todas tus enfermedades;
4 él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura;
5 él sacia de bienes tus anhelos, y como un águila se renueva tu juventud
6 El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos;
7 enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel.
8 El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia;
9 no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo;
10 no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas.
Este Salmo es un Himno de alabanza. El salmista bendice a Dios e invita a toda la creación, a todos y cada uno de nosotros que haga lo mismo. Se dirige a sí mismo, a su propia alma para bendecir al Señor con todas sus fuerzas por todos los beneficios que ha recibido.
Este salmo nos ayuda a afrontar adecuadamente nuestra vida, porque nuestra vida está en manos de Dios. La invitación a la alabanza no es solamente a las grandes maravillas de Dios, sino a lo que nos es cotidiano: perdona nuestras culpas, cura nuestras enfermedades, sacia de bienes nuestra existencia… ¿Cuáles son esas cosas cotidianas por las que tienes que alabar a Dios cada día y pedirle a tu alma que bendiga a Dios?
Si Dios me pide a mí que me entregue a Él con todo mi corazón, con toda mi alma, es porque antes Él se me ha dado a mí totalmente. Porque Dios me ama con todas sus fuerzas. Mi existencia ya no se ve amenazada por el fracaso. Porque en todo y por encima de todo, está Dios que permanentemente está sosteniendo mi vida.
Reflexionemos hoy a la luz de este salmo acompañando con el canto de Taizé “Dios no puede sino darnos su amor”
Buenos días