Texto: Jordi Vaqué
Música: Bensoundcute
En el relato evangélico conocido como el “joven rico” un hombre joven se acerca a Jesús buscando la clave para obtener la vida eterna. A pesar de haber seguido todos los mandamientos desde su juventud, Jesús le señala que aún le falta algo: “anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, luego ven y sígueme".
¡Qué difícil es renunciar a las riquezas!
El joven rico se siente incapaz de renunciar a sus bienes, las riquezas pueden atar el corazón y obstaculizar el camino hacia Dios. Jesús comenta con sus discípulos lo difícil que es para los ricos entrar en el Reino de Dios, comparándolo con la imposibilidad de que un camello pase por el ojo de una aguja.
Además, no todo pasa por una renuncia, sino que Jesús nos llama a seguirlo. Esto es, sin duda, una invitación a una relación personal y comprometida.
Los discípulos se preguntan quién puede ser salvado si es tan difícil para los ricos. Jesús responde que, para los hombres la salvación es imposible, pero no para Dios, porque para Él todo es posible. Esto nos recuerda que la salvación es un don de Dios y no algo que se pueda alcanzar solo con nuestros esfuerzos.
Este pasaje del “joven rico” a mirar en nuestras propias vidas y considerar qué es lo que más valoramos. Nos desafía a preguntarnos si estamos dispuestos a dejarlo todo por seguir a Jesús y a confiar en que, con la gracia de Dios, podemos superar los obstáculos que nos separan de Él.
El evangelio nos recuerda la necesidad de priorizar nuestra relación con Dios sobre todas las cosas materiales y confiar para salvarnos.
Dándole una vuelta al mensaje, podríamos decir que nos transmite esperanza para estos momentos en los que la “gasolina” está justa, después de un esfuerzo titánico por sacar adelante proyectos, estudios, trabajo, … siempre debemos recordar que para Dios todo es posible y que siempre tenemos en Él la fuerza necesaria para seguir adelante.
¡Buenos días!