Texto: Serafin de la Hoz, OSA
Música: Amazing grace
Vengo a cantar alabanzas
en la quietud del silencio
cuando al clareo del día
libero todos mis sueños
y recupero en la mente
la aurora del sentimiento.
Gracias a Dios sean dadas
por este nuevo misterio
en que la mujer y el hombre,
unidos en un concierto,
toman conciencia en el alma
de un gradual florecimiento.
Con la mirada en el mundo
y los sentidos abiertos,
nuestro corazón se enciende
en honroso manifiesto,
hasta elevarse a las cumbres
como aromático incienso.
En un vergel de amapolas,
flores blancas y romero
el altar de las ofrendas
-prendido en su propio verso-
resplandece con fervores
por un ideal de ensueño.
Para el humano en la tierra,
consciente de sus talentos,
el recurso a la salmodia
con filial acatamiento
ha de ser tarea noble
al sentir del Evangelio.