¿Qué es la verdad?

Publicado el 18/02/2025
Agustinos


Texto: Pablo Tirado, OSA
Música: Acousticguitar

"Dios está hablando por todas partes" recuerda el teólogo argentino José Carlos Caamaño; y lo hace en el contexto de un congreso acerca del ecumenismo, la sinodalidad y el diálogo cultural, basada no tanto en certezas como en compartir las preguntas, y el camino. "Somos peregrinos en preguntas, no en certezas".

En estos tiempos en los que la Iglesia “oficial” se dedica a promover el diálogo de puertas adentro y hacia fuera, contrasta la absolutización de la verdad que el dinamismo social nos muestra, por no decir al que nos empuja.

Estamos acostumbrados a escuchar por parte de todos los gobiernos que su labor es,  fundamentalmente, el diálogo para llegar a acuerdos, pero, curiosamente, el aparente diálogo solo se da con quien piensa de manera similar o bien si se puede sacar beneficio propio del acuerdo.

Y es que a los cristianos nos afecta el contexto en el que vivimos y, si lo que nos rodea es el afán de tener la razón o, bien ceder si obtenemos algún beneficio a costa de renunciar a algún principio, tal vez en el día a día de cada uno de nosotros, dejemos de buscar el diálogo sincero y el bien común.

Por eso, es necesario volver a los tiempos actuales de la Iglesia, en los que, en un proceso sinodal, se quiere acercar a la verdad, pero…¿qué es la verdad?, como preguntó Pilato en Jn. 18, 38. Ante esto, el teólogo argentino antes referido nos dice: “Una Iglesia que no construye su identidad a partir del diferente, se convierte en una comunidad idolátrica",

Es una invitación a un diálogo sincero intercultural e interreligioso para que, reconociendo las diferencias, construyamos puentes, para caminar juntos hacia la verdad. Tal vez, lo que hemos perdido, por el contagio social y político ya mencionado, es una sincera escucha del otro, lo que supone siempre un martirio, el martirio de reconocer que la verdad me está siendo pronunciada por el diferente. Que el otro puede tener, también, la razón.

San Agustín, en su comentario del salmo 103, ya nos indicaba el camino de que, para acercarnos a la verdad, no podemos partir ni de tu verdad ni de la mía, para que pueda ser tuya y mía.