La Esperanza en san Esteban

Publicado el 26/12/2024
Agustinos


Texto: Maximiliano L. García Pelayo

Música: El pequeño tamborilero - Gran Orquesta de Raúl Aguirre 

LA ESPERANZA EN SAN ESTEBAN

Buenos días.

Hoy, 26 de diciembre, nos levantaremos, quizás, con un poco de “cansancio” de los días anteriores, miramos el calendario y hoy celebramos un día importante para los cristianos: San Esteban, el protomártir cristiano.

No es la primera vez que me toca reflexionar y hacer el “buenos días este día”.  Y ya he hablado sobre san Esteban, pero cada año siento que su ejemplo sigue siendo actual y necesario. San Esteban es un testimonio vivo de lo que significa “anunciar la esperanza”, incluso en medio de las dificultades más grandes.

Este año, además, caminamos con la Iglesia hacia el Año Jubilar 2025, un tiempo especial que nos invita a redescubrir la fe, renovar la esperanza y vivir la caridad. El lema de este jubileo es “Peregrinos de la esperanza”. ¿No es eso, acaso, lo que san Esteban nos enseña con su vida? Fue un peregrino de esperanza, alguien que vivió con la mirada puesta en el cielo y con los pies firmes en el servicio a los demás.

Como diácono, san Esteban fue elegido para cuidar de los más necesitados en la comunidad cristiana. Su servicio no era solo material; su vida entera anunciaba a Cristo, con palabras llenas de amor y gestos de entrega. Pero este anuncio no siempre fue recibido con alegría. Cuando fue llevado ante el Sanedrín, enfrentó el rechazo y la violencia. A pesar de eso, san Esteban no respondió con odio ni temor, sino con perdón: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” (Hch 7, 60).

Mientras las piedras lo golpeaban, su mirada permaneció fija en el cielo, donde vio a Jesús esperándolo. Esa visión le dio la fuerza para enfrentarlo todo con paz.

En este contexto de preparación para el Año Jubilar, san Esteban nos recuerda que estamos llamados a ser testigos de esperanza en el mundo. El lema agustiniano de este año, “Anunciamos la Esperanza”, encaja perfectamente aquí. ¿Cómo estamos anunciando la esperanza en nuestra vida? Tal vez también tengamos pequeñas dificultades, miedos o desafíos. Os hago esta invitación: alza la mirada, confía en Jesús y comparte su amor con los demás.

Hoy te invito a reflexionar: ¿A qué piedras te estás enfrentando en tu vida? ¿Cómo puedes mirar más a Dios y menos a los problemas? San Esteban nos muestra que la esperanza es una persona: Jesucristo. Que Él sea nuestra fuerza, nuestra alegría y nuestra meta.

Que tengas un buen día, lleno de esperanza y paz. Y recuerda: como san Esteban, estamos llamados a ser peregrinos que anuncian al mundo que la esperanza está viva.

Buenos días.