Texto: Curri Ruiz Mota
Música: Más allá - Gloria Estefan
A ordenar y limpiar
¡Buenos días!
Dios nos manda señales y no siempre las vemos. “Diosidades”, como dicen mis amigas las que han hecho el retiro de Emaús.
Es curioso, pero hay personas, como yo, que no somos capaces de dejarnos en manos de Dios, y me imagino al pobre saltando delante de nosotros, diciendo: ¡Eh, eh! ¡Que estoy aquí, delante de ti!
El otro día estábamos con la operación kilo del colegio y nos parecía que este año los alumnos estaban trayendo menos cosas que otros años.
Un poco tristes lo comentamos mi amiga Elena y yo.
El viernes venían a recoger los productos, sobre todo navideños, los miembros de una asociación con la que colaboramos, para poder organizar y repartir a las familias antes de Navidad.
Por la tarde, nos escribe el responsable de Pastoral para decirnos que una madre de nuestro colegio quiere donar 42 cajas de dulces de Navidad…
¿Qué? ¿En serio? ¡Qué alegría! Perdona, Señor, porque otra vez NO hemos confiado en Ti.
Ayer fue Nuestra Señora de la esperanza… ¡La esperanza! Qué importante para el ser humano y para los cristianos.
Últimamente, cuando estoy planchando, me pongo vídeos de “Aprendemos juntos” en YouTube y casi todos los que veo hablan de lo importante que es tener Esperanza, que es un motor fundamental para las personas.
Me viene a la cabeza también cuando mi marido se contagió de COVID en agosto de 2020. ¡Qué mes tan duro! Pero, sobre todo, lo fue porque perdí la esperanza. Mi cabeza me dijo que no iba a salir adelante. Las cosas se habían ido complicando y, aunque había un ejército de personas rezando por él, las cosas no mejoraban.
Qué pena me dio haberme sentido así cuando, por fin, empezó a mejorar. Nadie lo notaba, claro… Pero ¿qué importancia tiene que los demás te vean de una forma u otra? Lo que tienes dentro es lo único que importa y sólo tú y Dios, sabéis lo que hay ahí.
Seguimos en Adviento, tiempo de revisar lo que sobra y lo que falta, de limpiar “la casa” y hacer orden de prioridades y también es tiempo de Esperanza.
Ojalá seamos capaces de dejar nacer algo nuevo y bueno en nosotros y que el Niño Dios renazca en nuestros corazones.
¡Buenos días!