Alegría y su anuncio

Publicado el 17/12/2024
Agustinos


Texto: Pablo Tirado, OSA
Música: Walkin in the park

Lo sagrado y lo profano

Hace poco más de una semana leíamos el contraste entre el cántico de Zacarías y el de María, una experiencia de adviento, una experiencia profundamente humana. Lo sagrado, el paradigma que nos muestra Zacarías, supone una religiosidad llena de ritos, pero hueca, vacía, mecanizada y muerta; lo sagrado, en definitiva, se asocia a la incredulidad. Por el contrario, en María, la sencilla mujer del pueblo, se representa lo profano, la gente sencilla e ignorante, se asocia a la fe, a la aceptación del mensaje de Jesús. Las “cosas de Dios” suceden y acontecen en las pequeñas cosas del día a día, y requieren de nuestra atención y respuesta.

La religiosidad de Zacarías es la de las respuestas del rito, las que nos aprendemos de memoria y repetimos como autómatas, pero que no transforman la vida y no dejan espacio para acoger la vida; sí, acoger la vida del Niño Jesús, que representa la actitud de acoger tantas situaciones de fragilidad, simbolizadas en ese niño, que existen a nuestro alrededor.

La religiosidad de María, por el contrario, no es la de quien reniega de los ritos, sino aquella que, profundizando en el sentido auténtico de los mismos, vive lo cotidiano con actitud de acogida, de servicio, de abrazar toda situación de fragilidad que nos rodea, lo cual, además, provoca vivir y transmitir la alegría del Evangelio.

La consecuencia es que Zacarías se quedó mudo, mientras que María habló (en el Magníficat). La venida de Jesús al mundo anuncia un cambio asombroso en la experiencia religiosa de la humanidad: el encuentro con Dios y su proyecto sale del Templo, deja de estar limitado a los rituales y ceremonias de los sacerdotes. Porque todo eso enmudece, no tiene nada que decir. Por el contrario, la mujer sencilla del pueblo, María, toma la palabra para anunciar un nuevo estado de cosas, una situación que todavía nos asombra y nos desconcierta. Así se dieron los primeros pasos del proyecto de Jesús. Este domingo, además, nos ha recordado que esta opción de vida provoca alegría en quien decide vivir de este modo y en quien es tocado por estas personas.