Evangelio
Miércoles XXVII del Tiempo Ordinario

Escrito el 09/10/2024
Agustinos


Texto:  Javier Antolín, OSA
Música: Mc Leod,  A very brady special

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo:

«Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación"»

Enséñanos a orar

El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús orando y eso llama la atención de sus discípulos, por eso uno le hace una petición: “Señor, enséñanos a orar”. Creo que todos nosotros nos podríamos reconocer en esta petición, pues aunque somos discípulos de Jesús, tenemos necesidad de seguir aprendiendo a orar, tal vez esa sea una asignatura para toda nuestra vida. Ahora bien, orar ya es aprender a orar, en el mismo momento que nos ponemos en oración estamos aprendiendo a orar, las cosas se aprenden al ponerlas en práctica. Aunque en la petición también se descubre que el que pide es alguien que necesita ayuda, un acompañante o un maestro, es decir, podemos tener disposición de orar y ponernos a orar, pero es bueno que alguien nos pueda orientar, pero quien mejor que el Maestro para enseñarnos, esa debe ser nuestra oración: enséñanos a orar.

            Hoy puede ser una buena ocasión para hacer nuestra la oración de Jesús, el Padrenuestro, oración que recitamos varias veces al día, pero podríamos hacer una oración pausada parándonos en cada una de las aclamaciones. En la oración de Jesús se descubren los diferentes modos de oración: adoración, alabanza y agradecimiento, intercesión y súplica.  Adoramos a Dios y glorificamos su nombre, pedimos el pan para cada día, no pedimos para acumular sino lo que necesitamos para pasar el día, pedimos perdón, intercedemos por aquellos que nos han ofendido y pedimos que nos libre de todo mal.

            El Papa nos invita a preparar el jubileo renovando el espíritu de oración en todos los contextos que estamos llamados a vivir. Seamos personas de oración.